lunes, 10 de abril de 2017

La importancia de los cuentos en la Educación

Los cuentos son una parte muy importante del crecimiento de los niños, pues les permiten empatizar con el mundo, desarrollar su imaginación y resolver conflictos.
El cuento es una de las bases para el desarrollo intelectual. Al contarles una historia podemos lograr que entiendan las cosas con más rapidez, que su cerebro trabaje con más certeza, se estimule su memoria y sus ganas de expresarse.
Los relatos populares son una buena manera de aproximarse a las raíces culturales de la humanidad. Son historias capaces de dejar pequeños mensajes en el ambiente que abren nuestra mirada a otros mundos a nuestro alrededor, que nos ofrecen la memoria de otras gentes y de otros pueblos.
¿Os habéis fijado como los niños aprecian que les contemos un cuento en cualquier momento del día? Les encantan los cuentos porque es una forma ideal de aprender. Si miramos atrás en el tiempo, podemos apreciar el gran valor que tenían los cuentos y las historias populares para transmitir conocimiento y enseñanzas vitales para sobrevivir y desenvolverse en sociedad. Nuestro cerebro es social y aprende más fácilmente a cuando interactúa con otras personas. Además, las metáforas, son una fórmula fabulosa para generar nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro que se irán consolidando poco.
Los cuentos infantiles son una buena forma de crear un lazo de unión con los niños, fomentar su imaginación y su creatividad, ahuyentar los temores y en muchos casos hacerles sentir más valientes al inspirarse en sus personajes favoritos.
Lo ideal es contar cuentos antes de irse a dormir, pues es el momento en el que la mente subconsciente toma el mando y da rienda suelta a su imaginación. Lo primero con lo que soñamos es lo último en lo que pensamos. Por eso, si contamos un cuento a nuestros hijos antes de irse a la cama, les estamos ayudando a aprender mientras duermen.
Como maestros de Educación Infantil también tenemos varios momentos a lo largo del día para contar un cuento a nuestros alumnos. Podemos hacerlo de forma rutinaria y establecer una hora concreta todos los días (antes de salir al patio, en la asamblea o antes de irse a casa), o podemos elegir el momento en función de cómo se sienta el grupo. Los cuentos son muy buenos para relajar a nuestros alumnos cuando están especialmente inquietos. Es también una buena idea tener un objeto, como un sombrero o una varita mágica, que los niños relacionen  directamente con este momento.
A la hora de contarles un cuento es importante dar a cada personaje una voz, gestos y personalidad propios, para que el niño consiga imaginar la historia que le contamos. Nosotros también tenemos que hacer el ejercicio de imaginarla, ya que así será más creíble para ellos. Tenemos qué poner la entonación adecuada, llevar un ritmo de narración que le mantenga interesado e, incluso, actuar.
Escuchar historias hace a los niños más reflexivos ya que, en ellas, encuentran un mensaje que los lleva a comprender la forma en que deben actuar y comportarse, aprenden a escuchar con atención y a ser pacientes, fomentamos la empatía o capacidad para ponerse en el lugar del otro.
El momento de contar o escuchar el cuento es bueno, pero las actividades que podemos hacer con nuestros alumnos una vez terminado el relato son asombrosas. Se pueden hacer diferentes actividades creativas como inventar otros cuentos con los mismos personajes, introducir algunos nuevos y describirlos, buscar finales diferentes, o continuar con el cuento a partir del final.
También se pueden hacer actividades para desarrollar el pensamiento lógico-matemático como secuenciar las escenas del cuento, el material, el principio, el final, ordenar las acciones a partir de dibujos, contar personajes, animales, objetos o hacer disparates sobre el espacio y el tiempo. Para comprobar el nivel de comprensión se pueden realizar preguntas sobre la historia, recordar características de los personajes o partir de las ilustraciones para recrear de nuevo el cuento.
Podemos hacer actividades musicales como imitar a los animales, realizar diferentes actividades plásticas como hacer un dibujo sobre el cuento, los entornos o los personajes, inventar canciones sobre cada uno de ellos, escuchar o buscar canciones que se puedan relacionar con diferentes momentos del cuento y se pueden recortar secuencias del cuento y ordenarlas o hacer un puzzle con un dibujo del relato.
Para los niños y las niñas de este tiempo, el cuento continúa siendo un instrumento emocional y mágico en sus años de escuela. Es un recurso claramente socializador, que dispone de una llave especial para abrir la puerta de la lectura y de la escritura, e incluso de la convivencia y de la tolerancia. Pero, sobre todo, su principal capacidad se basa en que todavía es capaz de activar el aprendizaje de la lengua escrita.
No puedo dejar de comentar las posibilidades infinitas que nos da hoy en día la unión de los cuentos y las nuevas tecnologías. No podemos ni debemos ponernos en contra de lo que la sociedad nos ofrece, pues parece que los portátiles, móviles y tabletas, que se han “colado” en nuestras casas y en nuestros colegios, han venido para quedarse. Por ello tenemos que utilizar todo lo bueno que nos ofrecen. En internet hay una infinidad de cuentos digitales e interactivos que nos pueden servir para captar la atención de nuestros niños en el fascinante mundo de la lectura, eso si, sin dejar de lado los maravillosos libros de papel que siempre estarán presentes en nuestras vidas.

Marta García Marroquín
Equipo Educación Infantil
Tomado de https://guarderiasyescuelasinfantiles.wordpress.com/2014/02/06/la-importancia-de-los-cuentos-en-las-clases/
Colegio Liceo Sorolla